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Estudios revelan que los alimentos grasosos causan la obesidad y la depresión.

Estudios revelan que los alimentos grasosos causan la obesidad y la depresión.

Las grasas alimenticias que entran al cerebro a través del torrente sanguíneo podrían explicar la asociación entre la obesidad y la depresión, según una investigación reciente, citada el jueves por la Press Association. 

El estudio, dirigido por la Universidad de Glasgow en colaboración con el Instituto Gladstone en los Estados Unidos, reveló el vínculo entre la dieta de grasas saturadas que conduce a la obesidad y el desarrollo de fenotipos específicos de la depresión. 

Los científicos también han descubierto que reducir la intensidad de la liberación de una enzima específica llamada fosfodiesterasa puede reducir los síntomas de depresión asociados con la obesidad.

Al usar experimentos con ratones, los investigadores han podido ver cómo los ácidos grasos saturados entran al cerebro a través del torrente sanguíneo y luego se acumulan y afectan las señales cerebrales particularmente importantes asociadas con la depresión. 

Los ratones que recibieron una dieta rica en grasas tenían una afluencia de ácidos grasos en la región del hipotálamo, un área asociada con el sistema metabólico y conocida por su asociación con la depresión. 

Estos ácidos grasos influyeron directamente en las vías de señalización responsables de la depresión. 

«Es la primera vez que los efectos directos que una dieta alta en grasas puede tener en las áreas de señalización del cerebro asociadas con la depresión», dijo George Baillie, autor principal del estudio.

«Este estudio podría explicar cómo y por qué la obesidad está asociada con la depresión y cómo tratar mejor a los pacientes que padecen estas afecciones», dijo el investigador, profesor de la Universidad de Glasgow. 

«Con frecuencia usamos alimentos grasos para sentirnos mejor porque tienen muy buen sabor, pero a la larga esto podría afectar el estado de ánimo de una persona de manera negativa», dijo el especialista. 

Baillie recordó que reducir el consumo de alimentos grasos puede tener muchos beneficios para la salud, pero el estudio «sugiere que también promueve un mejor estado de ánimo».

Se sabe que la asociación entre la obesidad y la depresión es complicada, ya que los pacientes con sobrepeso responden en gran medida a los antidepresivos comunes, señalaron los investigadores. 

Los autores del estudio esperan que estos hallazgos puedan conducir al desarrollo de más fármacos antidepresivos más adecuados para las personas con sobrepeso u obesas, señala la Press Association. 

La investigación se publicó en la revista científica Translational Psychiatry y fue financiada por el Consejo de Investigación Médica y la Fundación Predoctoral de la Fundación Onassis.